PRAGA, MAJESTUOSA DECADENCIA
Praga ¿quién podría no caer rendido ante el bucólico
romanticismo que emana de las calles adoquinadas de esta ciudad serpenteadas por tranvías, de sus
bohemios y viejos cafés, de sus terrazas con mesas para dos y tenue luz de velas, de sus majestuosos edificios y palacios y sus rincones de postal?


CUKRÁVALIMONÁDA pâtisserie & restaurant: sencillamente delicioso
A continuación, un pequeño y resumido recorrido de Praga a pie y desde abajo porque una es poco amiga de las multitudes y las colas para subir a cualquier mirador se me antojaban insufribles.
El
Puente de Carlos (probablemente el enclave más visitado y fotografiado de Praga)
debe su nombre al rey Carlos IV de Luxemburgo y atraviesa el río Moldava,
que divide la ciudad en dos: la Ciudad Vieja (Staré Mesto)
y la Ciudad Pequeña (Malá Strana). Es un puente
muy concurrido en el que se dan cita tanto turistas como artistas de distintas
disciplinas: pintores y músicos y por el que pasear tranquilamente es una tarea
complicada. Bonito pero masificado: qué pena!
Al
fondo se puede divisar el Castillo de San Jorge. Se puede
subir en tranvía aunque recomendaría ir a pie por cualquiera de las callejuelas
que conducen al lugar. Los palacios que conforman el denominado barrio del
Castillo, fueron residencia de los reyes de Bohemia y, a partir de 1918, del
presidente de la República Checa.
Dentro del perímetro que conforma el palacio, se encuentra el Golden Lane, un conjunto de pequeñas casas de distintos colores dispuestas delicadamente en hilera que constituyen un armónico entorno para el deleite, principalmente, de ellas. Es como una pequeña ciudad de delicadas casas de muñecas que verdaderamente fueron residencia de trabajadores de palacio ahora convertidas en casa-museo o destinadas a distintos usos comerciales (principalmente tiendas de artesanía) pero manteniendo su estética original. A modo anecdótico apuntar que Kafta residió durante un corto periodo en una de estas casas: un reclamo más para visitar este Golden Lane.
Golden Lane: todo un deleite! No os lo podéis perder!
Belleza imperial venida a menos que emerge de entre sus cenizas para
mostrar, aún hoy, una ciudad altiva arquitectónicamente pese a la tímida decadencia
que hace tiempo se instaló en ella para quedarse. Decadencia, por otro lado, en
la que radica, en mi opinión, gran parte del encanto de esta ciudad: ese halo
de melancolía y romanticismo que la envuelve y que ha ido tiñendo de gris las
fachadas semi-ruinosas de majestuosos edificios o dando brillo para mantener el
esplendor de otros pocos.
Praga, oasis urbano para cerveceros...
Y para bars lovers...
MALÁ STRANA, JOSEFOV y STARÉ MESTO...Namestí Replublic
LEHKÁ HLAVA
Museo MUCHA: para amantes de Art Nouveau
Solo recomendable para los muy amantes de Mucha ya que el precio de la entrada es elevado y el contenido del museo no colmó, al menos, mis expectativas. Debe haber colecciones privadas de Mucha que merezcan mucho más la pena que la exposición de este museo. Me quedo con los vinilos de las contraventanas de la fachada principal...
NOVÉ MESTO... y su edificio danzante
... y eclécticos restaurantes y bares de copas o el sofisticado Matylda boat...
No hay que perderse el ambiente nocturno de La Ciudad Nueva
Arte moderno en KAMPA...
Objetivo: Terezín
Para finalizar comentar que si se dispone de tiempo, una escapada corta a Terezín puede merecer la pena. Invertir una mañana, si uno tiene disposición a madrugar un poco, será suficiente.
Hay que coger un autobús que te lleva directo: unos 30 minutos. Los billetes se pueden comprar en el mismo autobús pero recomiendo no apurar mucho hasta la hora de salida por si uno se queda en tierra por falta de plazas.
Terezín, como no puede ser de otra manera, es simplemente estremecedor.
Finalizar diciendo que Praga es mucho más que un puñado de fotos hechas con una cámara digital "monda y lironda", lo cual dificulta mucho el captar toda su belleza y su esplendor. Es una ciudad de la que uno no puede marcharse sin antes reconocer que ha caído rendido a sus pies.
Hasta el próximo viaje.