lunes, 10 de febrero de 2014

Entre viñas: Bodegas Emilio Clemente, tradición & vanguardia

Entre viñas: bodegas Emilio clemente, tradición&vanguardia


Esta semana volvemos a la comarca de Requena-Utiel, en el interior de Valencia, para irnos de ruta enoturística de excelencia y por alusiones (Excelencia es el nombre de uno de los extraordinarios vinos que se elaboran en esta comarca) hemos escogido para comenzar nuestro recorrido las bodegas Emilio Clemente, alma mater y cuna del mencionado caldo: www.eclemente.es.
El día era desapacible, el viento soplaba intensamente y el rudo paisaje invernal que presentaban los viñedos peinados de cepas desnudas infundía un aire bucólico a la atmósfera. ¡Necesitábamos una copa de buen vino para entrar en calor ya!
El enclave de la bodega, como no podía ser de otra manera, es rural: entre viñas y monte.  
En el exterior te topas con una bonita casa de finales del siglo XIX que ha sido restaurada manteniendo la esencia tradicional tanto de su estructura como de su entorno pero aunando acertadamente tradición y vanguardia en la cuidadosa decoración interior de sus instalaciones.
Detalle fachada

















Detalle interior

Detalle interior












































El recorrido por la bodega y las didácticas explicaciones que recibimos por parte de su amable guía y enóloga alcanzaron su climax cuando nos adentramos en lo que denominan nave de crianza, donde, a la humedad y temperatura óptima y con música clásica de fondo, descansan, armoniosamente apiladas, 420 barricas de roble francés en las que reposa el vino que tan cuidadosamente es tratado en todos los procesos de su elaboración.
La visita se culmina, claro está, con la cata de los vinos comercializados por esta bodega: El blanco Florante (variedades Tardana, Macabeo, Sauvignon y Chardonnay), los tintos Emilio Clemente (crianza) o Peñas Negras (variedades Merlot y Bobal); el Excelencia (variedades Merlot y Cabernet; edición limitada) no se incluye en la cata estándar porque imagino que debe tener un recargo significativo en el precio razonable de 6 €/visita-cata estándar pero intuyo que debe merecer la pena pagarlo.
En esta tímida toma de contacto con la bodega y el mundo del vino tratan amablemente de introducir al visitante en el mundo del vino con nociones básicas como identificar aromas, colores y sabores para disfrutar lo máximo posible de la experiencia: totalmente recomendable si os sirve de referencia mi modesta opinión.
La parte de la crítica o alabanza de los vinos en cuestión se la dejo a los entendidos… Yo comí queso!!




























































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