Estambul, joya otomana
Estambul, una ciudad caóticamente encantadora: destino
cosmopolita por excelencia, contrapunto entre tradición y modernidad, mezquitas
& minaretes, vestigios bizantinos y otomanos, gentes extraordinariamente cordiales,
terrazas cool con magníficas puestas
de sol e inmejorables vistas, morenos guapísimos que evocan pasiones turcas ya
relatadas, abarrotados bazares de puestos multicolor y vendedores dicharacheros:
alfombras aladinas, artesanía, brochetas especiadas, deliciosos locums, tés, heladeros-malabaristas …






Desde la bulliciosa plaza de Taksim, punto de encuentro y desencuentros, pasando por la
transitadísima e interminable calle Istiklal
flanqueada de tiendas, cafés, restaurantes, puestos callejeros de mejillones
rellenos (nada apetecibles, la verdad) o de simits
(unos aros pan recubiertos con sésamo que son muy populares) y algún que otro
rincón secreto como el jardín del Instituto francés: un oasis en plena jungla
urbana o el restaurante Neoclassic (www.neoclassic.com.tr):
un curioso y acogedor restaurante sito en un piso en pleno centro de la Cite de
Pera, que merece la pena conocer y donde más que su gastronomía destacaría la
amabilidad de los empleados y en especial de Fezai y que os recomiendo para
tomar una copa preferiblemente durante el fin de semana que está más animado,
sorteando las estrechas calles de bonitos edificios, tiendas de diseño que
presumen de interiorismos de vanguardia y animadas terrazas del Estambul más
bohemio en Galata, hasta llegar al
antiguo Sultanahmet, con Santa
Sofía, la Mezquita Azul y el palacio de Topkapi como telón de fondo: un deleitante
viaje a través del tiempo retrotrayéndose a la era de los imperios bizantino y otomano:
sus legados, tanto arquitectónicos y artísticos como culturales son una
maravilla.
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Cabeza Medusa. Cisternas |
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Detalle Pantocrator Santa Sofía |
Quizás la parte menos noble de Estambul sea precisamente la
afluencia masiva de gente que originan sus reclamos turísticos en la zona de
Sultanahmet: ríos de turistas cámara en mano corren tras guías parlanchines que
cual Mary Poppins, alzan sus paraguas de colores como estandarte, rompiendo
parte del encanto paisajístico del lugar pero siempre nos quedará callejear:
muy, muy recomendable para mezclarte con los locales y conocer algo mejor su
cultura.
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Detalle palacio Topkapi |
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Detalle exterior Estambul Modern. |
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Detalle exposición Estambul Modern: Hong Kong Panorama |
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Detalle cerámica interior palacio Topkapi |
Si tuviera que recomendaos donde alojaros: zona nueva
(Taksim-Istiklal-Galata) o la zona Antigua (que abarca un área extensa, siendo
su punto de referencia Sultanahmet) os diría que depende de lo que busquéis. Si
sois de los que gustáis de ir al hotel a descansar en algún momento del día
para recuperaros, en ese caso os recomendaría la zona antigua porque es donde os
vais a mover a lo largo del día principalmente (o al menos los primeros días en
la ciudad); dentro de la zona antigua os recomendaría la calle en la que están
las cisternas porque es una zona que además de estar en el corazón
arquitectónico del Estambul-reclamo turístico tiene restaurantes y cafés muy cool que hará más agradable vuestra
estancia. Yo le eché el ojo a HOUSE OF MEDUSA, que además de un restaurante es
también un hotel: es pequeñito pero tiene buena pinta y la ubicación es
excelente aunque no sé cómo anda de tarifas… Si por el contrario, sois de los
que quieren conocer a fondo la vida local nocturna, vuestra elección debería
encaminarse hacia Taksim-Istiklal ya que, si bien es una zona demasiado
masificada de gente (tanto turistas como locales) y no precisamente la de mayor
encanto, es la zona en la que se concentra gran parte de la actividad nocturna
(en las calles adyacentes a Istiklal). Mi elección (para mi próxima visita a la
ciudad), que es la que recomendaría a los que primen un entorno especial y
gusten de alternar con los locales, es la zona de Gálata; está relativamente
cerca de las otras dos zonas, y es, desde mi punto de vista, la parte menos
turística y con más encanto de la ciudad: sus tiendas, bares, galerías, … en
resumen, su animado ambiente os encantará.
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Detalle terraza zona Cisternas-Sultanahmet |
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Detalle zona Gálata
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Detalle graffiti adyacentes Istiklal |
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Detalle zona ambiente nocturno. Adyacentes Istiklal |
Para tomarle el pulso a la vida local, nada como pasarse la
tarde del domingo por Ortaköy: los
lugareños se congregan en la bonita y animada plaza Iskele, frente al Bósforo,
donde puedes tomar algo en algunos de sus restaurantes y cafés con vistas
espectaculares (el HOUSE CAFÉ bien merece una visita; avisar que sus precios
son elevados aunque merece la pena el gasto extraordinario: una mesa para dos
en la terraza frente al Bósforo… os encantará el lugar) o pasearte por un
mercado de artesanía muy interesante y picar algo en alguno de la multitud de
puestos de comida que se instalan en torno a la plaza. Solo probé los gözleme (creps salados rellenos de
queso, espinacas,… riquísimos) aunque la variedad era bastante amplia. Algo que
debía de ser muy típico eran unas patatas horneadas rellenas que llaman kümpir, pero que no me atreví a probar
por su contundencia… solo aptas para los muy hambrientos. Un concierto de
grupos locales, con solistas femeninas de vaqueros ajustados y cabelleras
libres de pañuelos y/o ataduras, amenizaban la jornada y el canto del muyahidín a la oración en la mezquita
anexa a la plaza hacía de contrapunto cultural en este Estambul, ejemplo de
tolerancia y respeto.


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Detalles House Cafe. |
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Detalle Ortaköy: vista nocturna. |
Los románticos como yo pueden darse
un paseo hasta la estación de Sirkeci,
en pleno corazón turístico de la parte europea, que era la última parada del Orient Express. A partir de los años
50, gracias a esta prolongación del Orient Express hasta Estambul, a Occidente
se le brindó la oportunidad de redescubrir la grandeza de esta fantástica
ciudad y en el restaurante aún en activo que lleva el mismo nombre que el
mítico tren se daban cita intelectuales, escritores, actores y viajeros
pudientes de la época atraídos por el esplendor de Estambul. El edificio, que conserva
su esencia original aunque evidencia signos de decadencia, sigue albergando una
estación de trenes en activo y retiene todavía en su interior cierto encanto de
ensoñación.
Estambul, … no olvides dejar
espacio en tu maleta para traerte un poco de su esencia porque te robará el
alma y querrás llevarte algo de ella contigo. Podría seguir escribiendo mucho
sobre esta ciudad porque me he dejado muchos sitios por nombrar pero como esto
es solo un post y no un diario de viaje, lo dejaré aquí… por hoy.
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Detalle estación Sirkeci. |
Espero que os haya gustado el recorrido
express por Estambul aunque ya sin el Orient.