Comillas, romanticismo modernista
Melancólica villa medieval y barroca con inesperados y asombrosos reductos modernistas. Calles adoquinadas y majestuosas casonas, algunas de ellas abandonadas. Esplendoroso y noble palacio de marqués homónimo. Pontificales edificios universitarios. Mar bravo el que la circunda y bravas y amables las gentes que la habitan.
Ciudad capricho a la que Gaudí también sucumbió. Colorida fachada del edificio erigido como testigo del entonces latente modernismo: sublime obra arquitectónica. Fastuosa casa tecnicolor de incrustaciones cerámicas en forma de girasol y mayestática torre que bien podría ser la casa de cualquier cuento: el de Hansel sin Gretel, por ejemplo.
Detalle casa Capricho. Gaudí |
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Detalle fachada. Fuente foto: Pinterest |
Inquietante ángel exterminador,
custodio de su desconcertantemente hermoso campo santo confinado al mar e
integrado, acertadamente, sobre la ruina de una iglesia del siglo XV que recibe
desafiante tanto a visitantes como a nuevos huéspedes. Ángel guardián en
postura retadora cuya misión defensiva le infiere, paradójicamente, dinamismo a
su incuestionable quietud. Frialdad de mármol esculpida que, pesada espada en
mano, preside el acceso principal ante la atónita mirada y acongojado rictus
del visitante estupefacto que se inquieta bajo su estremecedora presencia.

Cementerio de Comillas, romanticismo en estado puro. Glorioso remanso de paz cuidadosamente alzado sobre una irregular pendiente y con el Cantábrico como telón de fondo: lugar de ensueño para acabar el recorrido de la insoportable trivialidad del ser y del devenir. Descanso eterno para los que fueron y ya no son, para los que son pero algún día no serán y también para los que no devendrán sino en polvo no importa cuales sean sus aspiraciones terrenales.


Cementerio de Comillas, romanticismo en estado puro. Glorioso remanso de paz cuidadosamente alzado sobre una irregular pendiente y con el Cantábrico como telón de fondo: lugar de ensueño para acabar el recorrido de la insoportable trivialidad del ser y del devenir. Descanso eterno para los que fueron y ya no son, para los que son pero algún día no serán y también para los que no devendrán sino en polvo no importa cuales sean sus aspiraciones terrenales.
Comillas, un
lugar que nadie debería perderse y por
el que, personalmente, siento verdadera debilidad; y especialmente por su ángel.